En los últimos años ha aumentado el número de devolución de subvención por incumplimiento del llamado “efecto incentivo”. Dada la necesidad de “ingresar” por parte de las Administraciones Públicas, se han tramitado multitud de procedimientos de reintegro (algunos de oficio por la Administración que otorgó la subvención y otros por obligación por controles financieros de la propia Administración). Consideran en todos los casos que no se han cumplido los requisitos exigidos por la normativa en cuanto al efecto incentivo. Sin embargo, nos encontramos que